¿Por qué cada vez la Navidad llega antes?

¿Te has preguntado alguna vez por qué la Navidad llega antes cada año? 

Antes, al menos, tenías tiempo de guardar el disfraz de Halloween… ahora, mientras compras los caramelos del 31 de octubre, Mariah Carey ya está despertando de su hibernación cantando: “It’s tiiiime!”  

Y ojo, esto no es porque a la susodicha le guste especialmente la Navidad. Las marcas tienen sus propias razones para adelantarla, y aquí te contamos cuáles son y cómo nos afecta… pero no te preocupes que no nos vamos a poner demasiado técnicos. 

1. Quieren ser los primeros en entrar en tu corazón (y en tu carrito)

La Navidad llega antes cada año, cuando empieza a refrescar un poco todas las marcas salen al campo de batalla: juguetes, perfumes, tecnología… ¡Hasta los calcetines tienen protagonismo! Y quien aparece primero en tu mente tiene más posibilidades de quedarse ahí. Si te enamoras de un anuncio en noviembre, en diciembre ya te tienen en el bolsillo. 

Y no es magia, es estrategia. Las marcas usan datos para anticipar nuestros comportamientos: saben cuándo empezamos a buscar regalos, qué productos nos interesan y cómo reaccionamos a ciertos estímulos emocionales. Es como si te conocieran mejor que tú mismo… pero solo para hacer que compres más. 

2. Porque quieren que compremos mucho… y con calma (aquí entra nuestro querido Black Friday)

Antes, comprábamos casi todo la última semana antes de Navidad. Ahora, la estrategia es ir picando durante meses: primero un detalle de otoño, luego las primeras luces, después llega el Black Friday, que se ha convertido en la “excusa perfecta” para empezar oficialmente las compras navideñas. Y este tipo de movimientos son una parte del por qué la navidad llega antes cada año. 

Este evento, que nació como un día de grandes descuentos en EE. UU., ahora se ha transformado en una campaña que dura semanas, durante las cuales muchas marcas lanzan promociones agresivas para que adelantemos regalos y decoración… “Por si luego se agota o sube de precio”. Y claro, ¿quién quiere arriesgarse? 

Así vamos: un regalo para Fulanito, otro para Menganito, un capricho que “total, está rebajado”… y cuando nos damos cuenta… ¡Sueldo not found! 

Al alargar la temporada con estas mini-etapas de consumo, las marcas generan más oportunidades de compra. Aunque también es cierto que nos ayuda a planificar con un poco menos de estrés: regalos, viajes, cenas, decoración… 

Eso sí, con tanta anticipación, no sería raro que en unos años estemos comiendo polvorones mientras tomamos el sol en la playa. 

3. Las emociones venden (y la Navidad emociona… ¡Mucho!) 

La Navidad despierta emociones intensas: cariño, nostalgia, ilusión y complicidad con quienes nos rodean. Las marcas lo saben y crean anuncios que conectan con esos sentimientos: abuelos emocionados, reencuentros familiares, mascotas con gorrito… 

Un ejemplo muy recordado es el anuncio de la Lotería de Navidad “El Bar de Antonio” (2014). En él, un vecino se queda sin su décimo cuando toca el premio, pero el dueño del bar (Antonio) le regala uno que había guardado para él. Una historia sencilla, humana y sin grandes artificios, que transmitió el mensaje de que “el mayor premio es compartirlo”. 

Este tipo de anuncios empiezan a emitirse mucho antes de Navidad porque las marcas buscan activar las emociones del público con antelación. Si nos conmueven semanas antes, ya estamos más receptivos a comprar, planificar, decorar… 

Es la psicología del marketing emocional. No te sorprendas si después de emocionarte, terminas comprando algo que ni siquiera sabias que necesitabas.  

4. La regla de la exposición repetida

Ahora sí que nos ponemos un poquitín más técnicos para entender mejor por qué la navidad llega antes… Hay un principio psicológico que usan las marcas llamado efecto de exposición: cuanto más vemos algo, más nos gusta. Por eso nos bombardean con anuncios desde noviembre. 

Es como cuando tus padres ponían en el coche sus cantantes favoritos en bucle y tú te pasabas todo el viaje protestando “¡otra vez esta canción!”. Ahora, años después, hasta te gusta y te trae recuerdos divertidos. Lo mismo pasa con los productos: cuanto más los vemos, más fácil nos resulta decidir “me lo llevo”, cuando llega diciembre. 

5. Creación de identidad y asociación de marca

Otra razón del por qué la navidad llega antes, es que las marcas no solo quieren vender cosas: quieren colarse en nuestros recuerdos navideños. Aparecer desde temprano nos hace asociarlas con momentos felices: cenas familiares, villancicos, regalos especiales y tradiciones que se repiten año tras año. 

Es su manera de estar presentes en nuestra vida, mucho más allá de un simple anuncio. Al final, cada vez que veas su logo o producto, tu cerebro lo conectará con familiaridad, calidez…Como esa serie que ves todos los días a la hora de comer: ya te sabes los capítulos de memoria, pero sigue siendo parte de tu rutina y te hace sentir en casa cada vez que la ves. 

En definitiva, la Navidad llega antes y no por capricho: es una estrategia inteligente 

Empezar la temporada con antelación permite planificar campañas, analizar datos de comportamiento y adaptar productos y promociones para maximizar resultados. Dicho en otras palabras, las marcas que empiezan antes tienen más tiempo para conectar con sus clientes, generar emociones, construir su identidad y, por supuesto, aumentar las oportunidades de venta. Por eso la Navidad llega antes cada año.

Por lo tanto, si tienes un negocio, no hay que temer a empezar pronto: una buena estrategia anticipada te permite llegar al consumidor con calma, inspirarle y acompañarle durante toda la temporada, en lugar de intentar venderle todo en la última semana y acabar yendo tú detrás de él.  

Y quién sabe, quizá dentro de unos años, mientras planificas tus campañas y comes polvorones y turrón en pleno agosto, te des cuenta de que preparar la Navidad con antelación no solo fue más eficiente, sino que fue todo un éxito para tu negocio.